La investigación psicológica ha demostrado que nuestros cuerpos y cerebros están conectados. Así que cuando se desarrolla una nueva iniciativa empresarial en el área de salud y bienestar en el trabajo, es importante tomar en cuenta al cerebro y el estrés emocional, ya que puede afectar nuestra salud física. Si entendemos mejor que los factores de estrés existen en nuestros entornos de trabajo, podremos identificar las técnicas adecuadas para reducir los factores de estrés y mantener entornos profesionales emocionalmente equilibrados.
La Inteligencia Emocional (IE) es la capacidad de identificar, evaluar y controlar las emociones de uno mismo, de los demás y de los grupos. La IE nos ayuda a manejar el estrés, y es vital para una mayor cooperación y trabajo en equipo. Un bajo coeficiente de Inteligencia Emocional se manifiesta cuando los empleados se culpan unos a otros, cuando se victimizan, así como en los casos en los que se niegan a escuchar la información crítica; se desestima la diversidad de opiniones, y se demuestran rasgos pasivo-agresivos. Cuando somos capaces de reflexionar, auto-regularnos y emplear la empatía en el lugar de trabajo, somos más capaces de adaptarnos a los cambios, mantener nuestros compromisos con la gente y crear equilibrio.
Una importante contribución de la IE a un programa de salud laboral, comienza con la evaluación del Cociente Emocional de cada individuo. El informe personalizado y confidencial se genera de manera inmediata y debe ser analizado por un consultor certificado. El informe también es eficaz cuando se analiza en una "tríada." En una reunión tipo tríada, dos evaluados son interrogados en conjunto, compartiendo la información pertinente de los informes de cada uno (Es importante que previamente se hayan realizado sesiones personales con cada uno de los participantes). Las tríadas son excelentes cuando se aplican entre gerentes y sus subordinados directos. Como en cualquier análisis, el objetivo general es proporcionar una comprensión más profunda del contenido del informe, atando los resultados de la evaluación al contexto de la vida personal y profesional del entrevistado.
En cualquier nivel, la formación en Inteligencia Emocional facultará a las personas a comprender su propia IE, ayudándoles a identificar maneras de acelerar el su desarrollo, mientras adquiere de nuevos conocimientos para tomar mejores decisiones en el trabajo. En última instancia, esta reducción del estrés contribuye a tener un ambiente de trabajo saludable, aumentando así la productividad y el compromiso de toda la organización.
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Fuente. TTI: Ashley Bowers