El diálogo, la comunicación y la negociación son elementos clave en toda empresa. Cuando se trata de un negocio familiar es más importante aún definir las reglas del juego mediante un “Protocolo Familiar”. Para que todos los miembros se sientan cómodos, se recomienda contratar los servicios de un consultor, quien podrá ofrecer un análisis crítico y objetivo, así como recomendaciones para corregir problemas éticos potenciales.
En la elaboración del protocolo familiar todos los miembros de la familia se alinean a la visión y valores de la misma, comprometiéndose a observarla. El producto estará contenido en un documento que funcionará como un instrumento mediante el cual se establezca: quién podrá formar parte de la empresa y qué requisitos tendrá que tener, cómo se cubrirán las contingencias, qué apoyos se darán a familias en caso de catástrofes, cómo evitar y manejar los conflictos entre los distintos miembros, en qué momento se incorporarán las nuevas generaciones, la situación de los cónyuges y familiares políticos, así como el proceso de sucesión y el relevo generacional.
Para que la empresa sea productiva hay que establecer mecanismos. De modo que, será imperioso tener la estructura necesaria para operar en el mercado de forma eficiente y rentable, obteniendo el retorno de la inversión inicial. También los órganos de gobierno deben estar bien definidos dentro del Protocolo Familiar. Sin embargo, también pueden existir movimientos entre los mismos socios y, por lo tanto, hay que definir reglas claras de compra-venta de acciones. La elaboración de testamentos y de fideicomisos también son instrumentos muy valiosos para planificar y transferir ordenadamente la propiedad de la empresa a la familia y evitar conflictos entre los descendientes.
El diseño y aprobación de un buen protocolo familiar evitará diferencias, conflictos, abusos, desacuerdos y malas interpretaciones de aquellos que pudieran no querer respetar a los demás miembros de la familia.
El entendimiento y el establecimiento de reglas claras, contribuirán a la armonía, la convivencia y la continuidad. La transparencia en la definición de las condiciones y requisitos asegurarán la continuidad de la empresa familiar a lo largo de las generaciones.